Algunos de los síntomas que pueden llevarnos a pensar que un niño tiene un TDAH y que necesita una intervención son los siguientes:
HIPERACTIVIDAD:
A. Mueve en exceso manos o pies, o se remueve en su asiento.
B. Abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se espera que permanezca sentado.
C. Corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado hacerlo.
D. Tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio.
E. Habla en exceso.
IMPULSIVIDAD:
A. Precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas.
B. Tiene dificultades para guardar turno.
C. Interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (p. ej., conversaciones o juegos).
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